Crónica by Eu.
... las 7.10 y Jesús que no llega (joeeeerrrr). Teniendo en cuenta que salió el viernes, ya me temía lo que le había pasado, así que le llamo. Efectivamente, por sus incoherentes balbuceos “¿ggsi?, ¿qggue panngsa?”, me doy cuenta de que le acabo de despertar.... “estoy saliendo”, ¡me dice el tío!... y yo: “¿de dónde?”, “de la playa”.... “¡¡¿¿de la playa??!!... ¡¡¡querrás decir de la cama!!!”. Total, que cuando recobró la consciencia, quedamos en que yo recogería a Jose y él iría directamente a Dos Aguas.
A las 9.45 llegamos al bar, donde nos esperaba Móni para almorzar. En cuanto a nuestro “4º elemento” se le había calentado el coche 2 veces y lo había dejado tirado en plena autovía, lo que le obligó a quitar la calefacción durante todo el viaje... y teniendo en cuenta que la ventanilla del conductor está bloqueada y bajada hasta la mitad y que hacían 3º C.... ¡os podéis hacer una idea de cómo llegó!. JUAAAAAAJUAJUA!!!.
Por fin, a las 11, El monstruo Gay (ver halloween en apartado de “fiestas y celebraciones”)
http://barrancosjesustbo.blogspot.com/search/label/Fiestas%20y%20celebraciones y las 3 rubias, estaban en el coche; y antes de las 11.30 invadíamos la calzada de la carretera con sacas, cuerdas y neoprenos. Comenzamos a bajar hacia el río, pasando junto a las ruinas del castillo, las vistas desde allí ya prometían. Tras unos metros por el cauce aparecía el primer rapel (realmente R-3, ya que para hacer R-1 y R-2 se necesitan 2 coches), enseguida llegaba el R-4, con 25 m de caída y un mangazo de agua que daba respeto, y cuya fuerza pude comprobar en mis carnes al irme debajo de todo el chorraco...
Estábamos encantados... el barranco precioso, rápeles emocionantes donde el agua bajaba con fuerza, higueras que nos dificultaban el avance, muchas zonas de toba con formas imposibles y otras de caliza que resbalaba como su puñetera madre...
Cuando llegamos al rapel de la gran higuera (R-6) nos planteamos si seguir o no. A pesar de la tranquilidad que nos habían transmitido Antonio y David, no conocíamos el barranco, que llevaba bastante agua, y cuyo rapel final es una enorme cascada de unos 65 m. Jesús bajó el R-6, llevándose los “trastos” de ascensión: “aquí hay escape”, así que todos bajamos.
El escape, escalando por la derecha, ha hecho que me plantee un curso de escalada... ¡¡¡¡la leche!!! ... ¡¡hubiese preferido la cascada!!.
No queríamos irnos sin ver el gran rapel, así que, los 4 en pantaloncito corto, bajamos atravesando una maraña de pinchos (aaaay, uuuuy, ahhhhh... ¡aquello parecía otra cosa!, jajajajaja), luego por la pedrera haciendo windsurf.... y cuando llegamos abajo... IMPRESIONANTE. Allí nos dimos cuenta de que en la cabecera la cascada se abre, y aunque el agua debe de dar un buen tute al bajar, era totalmente factible... pero claro, eso no lo sabes hasta que lo ves.
Después de otra experiencia orgásmica con los pinchos (un encanto más del barranco, jejejeje), regresamos al coche sobre las 15.00 y directos a comer al bar de Dos Aguas. Salimos sobre las 5, Moni hacia Valencia, Jose y yo a Cocentaina y Alicante, y Jesús, con una bolsa de plástico en la ventanilla (jejeje), para Murcia.
Había sido un día fantástico, lo pasamos de miedo, nos reímos hasta hartarnos... y es que da igual hacer un barranco, dos o medio, porque lo que realmente genial, lo que nos llena y nos hace felices, es estar juntos.
... Eso sí, el gran rapel tiene los días contados porque, dentro de dos fines de semana, el monstruo gay y las tres rubias lo bajarán en una nueva aventura que será, como poco, tan fantástica como ésta.
Como siempre os dejamos las reseñas de los barrancos que aqui aparecen
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