viernes, 10 de abril de 2009

LA OSERA: COMO SIEMPRE, ESPECTACULAR

VIERNES 10/04/2009

El barranco previsto para el viernes 10 era La Osera, uno de los más bonitos y espectaculares de la zona.

Después de uno de esos magníficos desayunos que Pepa nos prepara, que te dan ganas de volver a la cama a hacer la digestión de lo que te pesa la barriga, nos pusimos manos a la obra con la combinación de coches.

Amancio y los Pelacanyons lo habían hecho el día anterior y nos habían avisado que llevaba agua, pero cuando llegamos al embalse y vimos que estaba a tope, los ojos nos hacían “chiribitas”.

Asi estaba el embalse... a puntito de caramelo

Estaba EN SU PUNTO, ya que no llevaba tanta agua como cuando lo hicieron Móni, Jaime, Jesús, Chema Salguero y JJ el 1 de junio, pero la suficiente como para pasarlo en grande.
El R1 y R1’ ya daban una idea de lo divertido que iba a ser.

Carmelo "estrenando" la Osera ese día

Carlitos

Móni

María sonriente en R1

Raúl en R1

Carlos, Yo y Paki: "3 en raya" en R1 y R1'

Poco después, el R2, el único que no llevaba agua.

Jesús saliendo del R2

Impresionante vista de Móni saliendo del R2

El cielo estaba bastante nublado, y cada vez más gris a medida que nos aproximábamos a la cascada de 130 m (R4 y R4´). Justo antes de la cabecera hay una poza imposible de evitar que es lo peor para las esperas siguientes, porque te quedas TIESO

Poza de los c.... que te deja helado justo antes de la cabecera de la cascada

Por muchas veces que hagas La Osera, la llegada a la cabecera no deja de impresionar.

.. Coño!, que alto está esto!!!!

Vista desde la cabecera. El casco es Raúl


En la cabecera soplaban ráfagas de viento tan fuertes que elevaban el agua de la cascada dando la impresión de que llovía. Cuando llegamos al fraccionamiento, pudimos comprobar totalmente alucinados, que el viento desplazaba la cascada de 67 m hacia la derecha orográfica, poniéndola horizontal, con lo que el agua desaparecía de la línea del rapel y aparecía por la pared de la derecha... os lo juro.... ESPECTACULAR.

Natasha dentro de la cueva donde estça el fraccionamiento de la cascada (R3´)... pero que cara de bicho!!!!!

Secuencia de cómo el viento levantava la cascada, hasta que se ponía horizontal y el agua dejaba de correr por el rapel

Jesús alucinando de ver que el agua de la cascada caía por la pared de la derecha

Una servidora, llegando al fraccionamiento



Carlos Bajando el segundo tramo de la cascada (R3´)

Carmelo en la base de la cascada de 130 m

Paki



El frío que se pasa con las largas esperas hizo que Móni, Carmelo y Natasha decidieran no hacer la parte inferior (aunque yo creo que lo que oían era la llamada de las cervezas que habían en el coche!!!) .

El resto seguimos adelante. Y mereció la pena, porque la Osera Inferior estaba absolutamente preciosa.

Las formaciones de toba son increíbles; en alguna zona forman cuevas en las que entran los rápeles.

Paki entrando en la cueva


Una cascada tras otra, destrepe tras destrepe y, para colmo, empieza a llover.... y poco después... a nevar.... y minutos más tarde... ¡¡¡¡a granizar!!!!. En éste punto María decidió salir por la senda hasta el coche (la llamada del “licor de cebada” es irresistible...).

Paki en el rapel donde se "escapó" María

Raúl

El resto de “tarados” seguimos adelante; y la recompensa fue grande ya que al rato salió un sol espléndido, con el que llegamos al final del barranco y al coche.

"4 en raya" en el penúltimo rapel: Jesús, Paki, Yo y Raúl

Yo bajando el último rapel. JJ abajo, en la poza

El equipo que terminó la integral, falta Raúl que hace la foto


Desplegamos el chiringuito y comimos como marqueses.

Jesús flagelándose, como toca un Viernes de Dolores

María: o comemos menos chocolate o te cambias el bañador de neopreno!!!!


De ahí al recoger los coches de arriba. Antes pasamos a ver un barranco abierto recientemente por Carmelo. Por lo que nos contó, es una auténtica caña, así que esperamos que nos lleve pronto a conocerlo.

Durante el trayecto la meteorología nos seguía haciendo regalos: una nevada preciosa con un sol aún más bonito, que hacían fuésemos protagonistas de un cuento de bosques encantados.

Copos de nieve en una fria tarde de sol


Visita al bar correspondiente y directos a casa de Pepa y Juan, donde nos despedimos de Carmelo.
Como de costumbre, la osera no nos defraudó.

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